Boris Leonídovich Pasternak. (Moscú) 10 de febrero de 1880 - 30 de mayo de 1960 (Peredélkino). Escritor ruso, poeta y narrador, y traductor de alemán. Estudió filosofía en la Universidad de Moscú y en la de Marburgo en Alemania. Premio Nobel de Literatura en 1958. Destacó durante la Revolución Rusa como poeta. Algunos títulos de su obra: (Poesía) "El gemelo entre las nubes" (1914), "Por encima de las barreras" (1917), "Mi hermana la vida" (1922), "El segundo nacimiento" (1932), "En trenes de la mañana" (1943), "La vastedad terrestre" (1945), ... (Novela) "El salvoconducto" (1931), "Doctor Zhivago" (1957), ...
- No amar es casi un homicidio y no tendría fuerzas para inferir tal golpe a nadie.
- No me gusta la gente que no ha tropezado ni caído. Su virtud es sin vida y no vale mucho. La vida no les ha revelado su belleza.
- El trabajo ayuda siempre, puesto que trabajar no es realizar lo que uno imaginaba, sin descubrir lo que uno tiene dentro.
- Nada importa que el viento, que azota el arbusto, esa gota torture y aplaste. Queda entera, no rompe, y quedan dos más que se besan y beben.
- En la vida es más importante perder que ganar. La simiente no germina si no muere. Hay que vivir sin dejarse llevar, mirar hacia adelante y alimentarse de aquellas provisiones vivas que tanto el olvido como el recuerdo elaboran.
- El hombre ha nacido para vivir y no para prepararse para vivir.
- La totalidad de la vida es simbólica porque todo en ella tiene significado.
De "El doctor Zhivago" (Primera Parte. El rápido de las cinco):
"Solo en ese estado de necia insensibilidad que suele producirse en los entierros solemnes puede parecer plausible que un chiquillo quiera pronunciar unas palabras sobre la tumba de su propia madre.
Levantó la cabeza y desde el túmulo abarcó con mirada ausente los desiertos campos otoñales y las cúpulas del monasterio. Contrajo levemente el achatado rostro y alargó el cuello. Si hubiese sido un lobezno el que levantara la cabeza con aquel ceño, hubiérase dicho que estaba a punto de aullar. El chiquillo se tapó la cara con las manos y prorrumpió en sollozos. Una nube que acudía hacia él comenzó a golpearlo sobre las manos y la cara con los líquidos azotes de un helado chubasco. Un hombre se acercó a la tumba; vestía de negro, y las mangas estrechas y ceñidas formaban pliegues en sus brazos. Era el hermano de la difunta y tío del chiquillo que lloraba, el sacerdote Nikolái Nikoláevich Vedeniapin, fuera de su ministerio a petición propia. Se acercó al chiquillo y se lo llevó".
Boris Pasternak.