Henrik Johan Ibsen. (Skien) 20 de marzo de 1828 - 23 de mayo de 1906 (Cristianía). Escritor noruego. Vinculado al drama realista antecedente del drama simbólico. Algunos títulos de su obra: "Catilina" (1848), "La tumba del guerrero" (1851), "La noche de San Juan" (1852), "La señora Inger de Ostraat" (1855), "La fiesta de Solhaug" (1856), "Los guerreros de Helgeland" (1858), "La comedia del amor" (1862), "Los pretendientes de la corona" (1863), "La unión de los jóvenes" (1869), "Emperador y Galileo" (1873), "Las columnas de la sociedad" (1877), "Casa de muñecas" (1879), "El enemigo del pueblo" (1882), "Al despertar de nuestra muerte" (1899), ...
- Si no puedes ser lo que eres, sé con sinceridad lo que puedas.
- No apagues la antorcha que humea si no tienes otros fuegos que alumbren mejor.
- Buscar el yo en el poderío del oro es edificar sobre arena.
- La belleza es el acuerdo entre el contenido y la forma.
- ¿Qué es la belleza? Una convención, una moneda que tiene curso en un tiempo y en un lugar.
- Un verdadero espíritu de rebeldía es aquel que busca la felicidad en esta vida.
- Pueden prohibirme seguir mi camino, pueden intentar forzar mi voluntad. Pero no pueden impedirme que, en el fondo de mi alma, eliga a una o a otra.
- El hombre más fuerte del mundo es el que está más solo.
- Nunca lleves tus mejores pantalones cuando salgas a luchar por la paz y la libertad.
- No se graban tanto mil palabras como un solo hecho.
- Perderlo todo es ganarlo todo, porque no se posee eternamente más que lo que se ha perdido.
- ¡Qué cosa tan extraña es la felicidad! Nadie sabe por dónde ni cómo ni cuándo llega, y llega por caminos invisibles, a veces cuando no se la aguarda.
- La mayoría nunca tiene razón.
- La lucha por la libertad es la esencia de la misma libertad.
- Si quita usted la mentira a un hombre vulgar, le quita al mismo tiempo la felicidad.
- El odio como el amor se apagan en la tumba. Solo una cosa permanece invariable en la vida, como después de la muerte: nuestro destino.
- ¿No cree usted que tenemos que enseñar una enormidad de cosas en la que nosotros mismos no creemos?
- EL ALCALDE: ¡Bah! El pueblo no necesita ideas nuevas. El pueblo está mejor servido con las ideas viejas y buenas que le son familiares ya.
De "La casa de muñecas". Acto primero. Helmer:
"¡Nora, Nora! Eres una verdadera mujer. En serio, Nora, ya sabes lo que pienso de todo esto. Nada de deudas, nada de préstamos. En el hogar fundado sobre préstamos y deudas se respira una atmósfera de esclavitud, un no sé qué de inquietante y fatídico que no puede presagiar sino males. Hasta hoy nos hemos sostenido con suficiente entereza. Y así seguiremos el poco tiempo que nos queda de lucha".
Henrik Ibsen.