Adeline Virginia Stephen. (Londres) 25 de enero de 1882 - 28 de marzo de 1941 (Río Ouse). Escritora británica. Destacada en el modernismo y el feminismo del siglo XX. Fue miembro del grupo Bloomsbury. Se suicidó en el río Ouse, llenando sus bolsillos de piedras. Algunos títulos de sus obras: "Fin de viaje" (1915), "Horas en una biblioteca" (1916), "Noche y día" (1919), "El cuarto de Jacob" (1922), "La señora Dalloway" (1925), "Al faro" (1927), "Orlando" (1928), "Una habitación propia" (1929), "La calle inquietante" (1930), "Las olas" (1931), "Los años" (1937), "Entre actos" (1941), "En no saber griego" (2008), ...
- La vida es un sueño, el despertar es lo que nos mata.
- Y de nuevo volvió a sentirse sola ante la presencia de su eterna antagonista: la vida.
- Cada uno tenía su pasado encerrado dentro de sí mismo, como las hojas de un libro aprendiendo por ellos de memoria; y sus amigos podían solo leer el título.
- Quería escribir sobre todo, sobre la vida que tenemos y las vidas que hubiéramos podido tener. Quería escribir sobre todas las formas posibles de morir.
- Nada hay tan raro cuando se está enamorada como la total indiferencia de los demás.
- Uno no puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no ha comido bien.
- No hay necesidad de apresurarse. No hay necesidad de brillar. No es necesario ser nadie más que uno mismo.
- Un Yo que sigue cambiando es un Yo que continúa viviendo.
- Un buen ensayo debe tener esta cualidad permanente; debe bajar su cortina alrededor nuestro, pero debe ser una cortina que nos encierra dentro, no fuera.
De "Una habitación propia":
"Que una famosa biblioteca haya sido maldecida por una mujer es algo que deja del todo indiferente a una famosa biblioteca. Venerable y tranquila, con todos sus tesoros encerrados a salvo en su seno, duerme con satisfacción y así dormirá, si de mí depende, para siempre. Nunca volveré a despertar estos ecos, nunca solicitaré de nuevo esta hospitalidad, me juré bajando furiosa las escaleras. Me quedaba todavía una hora hasta el almuerzo. ¿Qué podía hacer? ¿Pasear por las praderas? ¿Sentarme junto al río? Era realmente una mañana de otoño preciosa; las hojas caían, rojas, lentas, hasta el suelo, ni una cosa ni otra hubiera sido un gran sacrificio. Pero alcanzó mi oído el sonido de la música. Se estaba llevando a cabo algún servicio o celebración. El órgano se quejó con magnificencia cuando crucé el umbral de la capilla. Hasta la tristeza del cristianismo sonaba en aquel aire sereno más como el recuerdo de la tristeza que como verdadera tristeza; hasta los lamentos del órgano antiguo parecían bañados de paz".
Virginia Woolf.