Pierre Jules Théophile Gautier. (Tarbes) 30 de agosto de 1811 - 23 de octubre de 1872 (Neuilly-sur-Seine). Escritor francés. Poeta, dramaturgo, novelista, fotógrafo, crítico literario, periodista... Se le considera fundador del movimiento literario francés posromántico del siglo XIX (Parnasianismo). Algunos títulos de sus obras: "Fortunio o El Dorado" (1837), "Ruedas inocentes" (1847), "La bella Jenny y las dos estrellas" (1848), "La novela de la momia" (1858), "Avatar -relato-" (1857), "La comedia de la muerte -poesía-" (1838), "Una lágrima del diablo -teatro- (1839), "Tras los montes -viajes-" (1843), ...
- El verdadero paraíso no está en el cielo, sino en la boca de la mujer amada.
- El corazón es el único instrumento que, aun destrozado, trabaja.
- En la lucha contra la realidad, el hombre solo tiene un arma: la imaginación.
- El azar es el seudónimo de Dios cuando no quiere firmar.
- Ama a una nube, ama a una mujer, pero ama.
- Creemos en la autonomía del arte. Todo artista que se propone otra cosa que no sea lo bello, no es, a nuestros ojos, un artista. Jamás pudimos comprender la separación entre la idea y la forma. Una forma bella es una bella idea, porque, ¿qué sería una forma que no expresara nada?
- Todo parece más encantador cuando lo vemos a distancia, y las cosas toman un relieve singular cuando se observan en la cámara oscura del recuerdo.
- El amor es como la fortuna; no le gusta que vayan detrás.
- En todo momento los prudentes han prevalecido sobre los audaces.
- Como regla, una cosa que se hace útil, deja de ser bella.
- Dejar de amar a una mujer, es tanto como odiarla violentamente.
- La violencia llama a la violencia y a la justicia.
- Nacer es únicamente comenzar a morir.
- La ocupación más propia del hombre civilizado es la de no hacer nada.
- Cada hora hiere; la última acaba con nosotros.
- Esculpe, lima, cincela; que tu flotante sueño quede fijado en el duro bloque.
- La felicidad es un relámpago que se desvanece y no torna. Para olvidar, ¡ah! su existencia, es preciso embalsamarla en un recuerdo.
- Los que pretenden reformar el mundo, se olvidan de la dificultad que hay en retocar un cuadro antiguo.
- Pocas personas tienen el coraje de ser cobardes ante testigos.
- Había evitado las balas como las evitan los valientes, precipitándose a su encuentro.
Las palomas:
" En el collado aquel de los sepulcros
una palmera y su penacho verde
se yerguen donde acuden las palomas
a anidar por la noche y guarecerse.
Con el alba desertan de las ramas:
como un collar que se desgrana, vemos
-blancas, dispersas, en el aire azul-
que algún tejado buscan aún más lejos.
Todas las noches es un árbol mi alma
donde se posan con las alas trémulas
enjambres blancos de visiones locas
para echar a volar cuando clarea".
Théophile Gautier.