Marco Tulio Cicerón. (Arpino) 3 de enero de 106 a. C. - 7 de diciembre de 43 a. C. (Formia). Filósofo,Escritor, político, orador romano... Uno de los más reconocidos retóricos de la prosa en latín. Creó un vocabulario filosófico en latín. La mayoría de sus cartas fueron enviadas a Ático, alcanzaron reonocimiento en Europa. Combatió la dictadura de César, aunque cambiaba de postura si hacía falta. Algunas de sus obras: "Sobre el sumo bien y el sumo mal", "De legibus" de derecho natural, "De officiis" su obra más reconocida. "Sobre la naturaleza de los dioses", "Sobre la adivinación", "Sobre la invención retórica", ...
- La evidencia es la más decisiva demostración.
- Cuanto más altos estamos más debemos bajarnos hacia nuestros inferiores.
- El amor es el deseo de obtener la amistad de una persona que nos atrae por su belleza.
- No sé, si, con excepción de la sabiduría, los dioses inmortales han otorgado al hombre algo mejor que la amistad.
- La amistad comienza donde termina o cuando concluye el interés.
- Nada hay más injusto que buscar premio en la justicia.
- La ciencia que se aparte de la justicia, más que ciencia debe llamarse astucia.
- Las enemistades ocultas y silenciosas, son peores que las abiertas y declaradas.
- No todo error debe calificarse de necedad.
- La vida feliz y dichosa es el objeto de toda la filosofía.
- Preferiría la paz más injusta a la más justa de las guerras.
- La libertad solo reside en los estados en los que el pueblo tiene el poder supremo.
- Por conservar la libertad, la muerte, que es el último de los males, no debe temerse.
- Para ser libres hay que ser esclavos de la ley.
- Una cosa es saber y otra saber enseñar.
- El tiempo es una cierta parte de la eternidad.
- No hay nada hecho por la mano del hombre que tarde o temprano el tiempo no destruya.
- Los hombres son como los vinos: la edad agria los malos y mejora los buenos.
- La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio.
- No hay hombre de nación alguna que, habiendo tomado a la naturaleza por guía, no pueda llegar a la verdad.
- El que sufre tiene memoria.
- No saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente niños.
- Son siempre más sinceras las cosas que decimos cuando el ánimo se siente airado, que cuando está tranquilo.
- Es preferible ser viejo menos tiempo que serlo antes de la vejez.
- No solamente es ciega la fortuna, sino que de ordinario vuelve también ciegos a aquellos a quienes acaricia.
- La sola idea de que una cosa cruel pueda ser útil es ya de por sí inmoral.
- Recuerdo incluso lo que no quiero. Olvidar no puedo lo que quiero.
- Si hacemos el bien por interés, seremos astutos, pero nunca buenos.
- Si quieres aprender, enseña.
- Hay que comer para vivir, no vivir para comer.
- Me avergüenzo de esos filósofos que no quieren desterrar ningún vicio si no está castigado por el juez.
- Humano es errar, pero solo los estúpidos perseveran en el error.
- La falsedad está tan cerca de la verdad, que el hombre prudente no debe situarse en terreno resbaladizo.
- Es bueno acostumbrarse a la fatiga y a la carrera, pero no hay que forzar la marcha.
- Los hombres sabios nos han enseñado que no solo hay que elegir entre los males el menor, sino también sacar de ellos todo el bien que puedan contener.
- Servirse de un cargo público para enriquecimiento personal, resulta no ya inmoral, sino criminal y abominable.
- Ningún hombre docto ha dicho que un cambio de opinión es inconstancia.
- Los buenos hacen caso omiso del peligro cuando se está gestando y no emprenden acciones sino cuando la necesidad es ya extrema. Desean la paz, aunque sea sin honor, y no es raro que su tardanza y su inacción los lleve a perder ambos.
- Todo el mérito de la virtud reside en su ejércicio.
- Estar contentos de lo que poseemos es la más segura y mejor de las riquezas.
- La vida de los muertos consiste en hallarse presentes en el espíritu de los vivos.
- Los hombres se asemejan a los dioses cuando hacen el bien a la humanidad.
- Con la costumbre casi se forma otra naturaleza.
- Hay que atender no solo a lo que cada cual dice, sino a lo que siente y al motivo porque lo siente.
- El que enseña el camino al que va errado, luz en su luz le enciende y a él le alumbra habiéndola comunicado.
- La pérdida de nuestras fuerzas es debida más bien a los vicios de la juventud, que a los estragos de los años.
- Que las armas cedan a la toga y el laurel se conceda a los méritos.
- Qué animal tan feo es el mono y cuánto se nos parece.
- Un protector excelente de la oveja es el lobo.
- Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla.
- Vivir es pensar... eso pienso.
"El estudio, la contemplación de la naturaleza es el natural alimento de la inteligencia y del corazón. Nos eleva y hace cernernos en la regiones superiores: el mundo está en nuestros pies; nuestro pensamiento, fijo en las cosas del cielo, nos inspira desdén por los miserables y frívolos intereses de aquí abajo. El escudriñamiento de esas grandes y misteriosas verdades contiene un poderoso encanto".
Cicerón.
