Película dramática. Estados Unidos / Reino Unido / Italia / Luxemburgo (2004). Basada en la obra (1600), de William Shakespeare. Producción: Cary Brocaw, Barry Navidi, Jason Piete, Michael Lionello (Instituto Luce / Dania Film / Spice Factory / Navidi Wilde Productions / Avenue Pictures / De Luxe Production / Immagine e Cinema / UK Film Council...). Música: Jocelyn Pook. Guion y dirección: Michael Radford. Reparto: Al Pacino (Shylock), Jeremy Irons (Antonio), Joseph Fiennes (Bassanio), Lynn Collins (Portia), Zuleikha Robinson (Jessica), Kris Marshall (Gratiano), Charlie Cox (Lorenzo), Heather Goldenhersh (Nerissa), Mackenzie Crook (Launcelot Gobbo), ...
- Seguro que si no cumple, no querréis su carne. ¿De qué te serviría?
- Cebo para pescar. Si no alimenta otra cosa, alimentará mi venganza. Ha inflamado mi nombre, y me ha hecho perder medio millón. Se ha reído de mis pérdidas y burlado de mis ganancias. Ha insultado a mi raza, hundido mis negocios, enfriado a mis amigos e inflamado a mis enemigos, ¿y cuál es su razón? ¡que soy judío! ¿No tenemos ojos los judíos? ¿No tenemos manos, órganos, dimensiones, sentidos, afectos, pasiones? ¿No comemos lo mismo? ¿No nos hieren las mismas armas, no sufrimos las mismas dolencias y nos curan los mismos remedios? ¿No sufrimos en invierno y en verano el mismo frío y el mismo calor que los cristianos? Y si nos pinchan, ¿no sangramos? Si nos hacéis cosquillas, ¿no reímos?, si nos envenenáis, ¿no perecemos? Y si nos ofendéis, ¿no vamos a vengarnos? Si en todo lo demás somos iguales, también en eso lo seremos.
- Mi soplo para enfriar la sopa me causaría fiebre al pensar en lo dañino que el viento puede ser en alta mar.
- Si el actuar fuera tan fácil como el saber cómo actuar, las ermitas serían templos y las cabañas de los pobres, palacios de príncipes.
- Quien da dinero a crédito no lo hace a sus amigos, pues qué amistad recibe del vil metal sus frutos de manos de un amigo. Prestad dinero al enemigo, a quien si incumple podréis con mejor cara imponerle su castigo.
- No dejes que el ruido de la vanidad entre en mi austera casa.
- Ya empieza a retrasarse.
- Y es sorprendente, pues los enamorados van siempre por delante del reloj.
- Eso siempre. ¿Quién se levanta de un festín con el mismo apetito que al sentarse?
- Ofender y juzgar son funciones de naturaleza opuesta.
- Como un competidor que lucha por un premio y cree merecer el triunfo en el torneo oyendo los aplausos que su conducta adulan, y aún así se consume aturdido en la duda, en esa misma incertidumbre vivo yo, hasta que esté confirmado, sellado y ratificado por vos.
- Mira cómo la bóveda del cielo está adornada con tachuelas doradas. Y hasta la más diminuta de esas esferas se mueve al son del cántico de un ángel. Tal armonía hay en las almas inmortales; pero esta cenagosa y mortal vestimenta que nos envuelve, nos impide oírla.
- Todos los hombres matan aquello que no aman.
- ¿Detesta algún hombre aquello que no eliminaría?
- No toda ofensa es odio desde un principio.
- ¿Dejaríais que una serpiente os mordiera dos veces?
- La virtud de la piedad no se impone, se desprende como la lluvia cae del cielo sobre la tierra fértil. Es dos veces vendida: vendice a quien la da y a quien la toma. Su poder es mayor en manos poderosas. Le sienta al monarca entronizado mejor que su corona. Su cetro muestra la fuerza del poder temporal, el atributo de respeto y majestad en que se fundamenta el temor a los reyes, pero la piedad está por encima de tales potestades. Su trono está en los corazones de los reyes. Es un atributo que distingue a Dios, nuestro Señor. Y el poder de los hombres se asemeja más al de Dios si la piedad sazona su justicia.
Imagen de la película:
(Al Pacino "Shylock")