Quilón de Esparta o Lacedemonio (Χίλων). (Esparta) c. 600 a. C. - c. 520 a. C. (Pisa). Filósofo griego. Uno de los Siete Sabios de Grecia. Éforo (magistrado) de Esparta en el siglo VI a. C. Elaboró parte de la Constitución atribuida a Licurgo. Compositor de poesías con temas de mética elegíacos. Cuentan que murió en brazos de su hijo con gran alegría después de que este ganara las Olimpiadas en el pugilato. En su estatua según Diógenes, puede leerse: "Esparta coronada de lanzas engendró a este Quilón que de los Siete Sabios el primero fue en sabiduría". ... Uno de sus versos (adomenos), dice: "Por la piedra de toque se examina el oro, dando prueba de sus quilates, y por el oro se prueba el ánimo del hombre bueno o el del malo". ...
- Equilibra tus necesidades con tu riqueza y no serás pobre ni rico, sino simplemente afortunado.
- Honra a los hombres ancianos.
- Hay tres cosas difíciles: guardar un secreto, soportar un agravio y emplear bien el ocio.
- Si confieres un beneficio nunca lo recerdes; si lo recibes, nunca lo olvides.
- El amor y el odio no son perpetuos; amad siempre como si hubiera de llegar el día en que odiaseis y oidiad siempre como si hubiera de llegar un día en que amaseis.
- El oro se prueba por medio del fuego, la mujer por el oro, y el hombre por la mujer.
- El hombre valeroso debe ser siempre cortés y debe hacerse respetar antes que temer.
- No desees lo que es imposible.
- El que prefiera ser amado que temido, ejerza el poder con mansedumbre.
- No hay nada tan inseguro como la grandeza de los reyes.
- No te rías de una persona en desgracia.
- No permitas que tu lengua corra más que tu inteligencia.
- Prefiere un castigo a un triunfo deshonroso; lo primero es doloroso, pero por una vez, pero lo segundo es para toda la vida.
- Si eres fuerte, sé también misericordioso, de forma que tus vecinos puedan respetarte y no solo temerte.
- Conócete a ti mismo.
- Contén la ira.
Quilón a sus amigos, conociendo su próximo fin:
"Amigos, sabéis que he hecho y dicho mucho durante el largo espacio de mi vida. He examinado atentamente en lo interior de mi alma todo lo que he dicho y hecho y de nada de ello tengo que arrepentir, sino es el del lance siguiente, que someto a vuestra decisión, para saber si he obrado mal o bien. Nombrado con otros dos para juzgar a uno de mis mejores amigos, que, según el texto de la ley, debería ser condenado a muerte, tomé el partido de poner en la urna, sin que mis compañeros lo supieran, la bola que manifiesta la sentencia fatal y antes que los otros votasen, les expuse tantas razones en favor de mi amigo, que no pudieron menos de obedecerle. Creía cumplir de este modo con las obligaciones de juez y de amigo, mas ahora siento un no sé qué en la conciencia y no estoy muy seguro de haber obrado rectamente".
Quilón de Esparta.
