Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios. (Caracas) 24 de julio de 1783 - 17 de diciembre de 1830 (Santa Marta. Nueva Granada). Militar y político venezolano. Su título honorífico "El liberador", le fue concedido por el cabildo de Mérida (Venezuela), en 1813. Contribuyó a la independencia de Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela. Así como la reorganización de Perú. Fue presidente de la Gran Colombia de 1827 a 1830. Carl Marx escribió algunos datos biográficos que no le dejan bien parado. Fue dictador del Perú de 1824 a 1827. Dictador de Guayaquil en 1822. Presidente de Venezuela de 1813 a 1819. ...
- Como amo la libertad tengo sentimientos nobles y liberales; y si suelo ser severo, es solamente con aquellos que pretenden destruirnos.
- Dichosísimo aquel que corriendo por entre los escollos de la guerra, de la política y de las desgracias públicas, preserva su honor intacto.
- El arte de vencer se aprende en las derrotas.
- El soldado bisoño lo cree todo perdido desde que es derrotado una vez.
- Huid del país donde uno solo ejerce todos los poderes: es un país de esclavos.
- La justicia es la reina de las virtudes republicanas y con ella se sostiene la igualdad y la libertad.
- Más cuesta mantener el equilibrio de la libertad que soportar el peso de la tiranía.
- Para el logro del triunfo siempre ha sido indispensable pasar por la senda de los sacrificios.
- Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción.
- No aspiremos a lo imposible, no sea que por elevarnos sobre la región de la libertad, descendamos a la región de la tiranía.
- Es más difícil sacar un pueblo de la servidumbre, que subyugar uno libre.
- Oro y esclavos. El primero lo corrompe todo; el segundo está corrompido por sí mismo. El alma de un siervo rara vez alcanza a apreciar la sana libertad: se enfurece en los tumultos o se humilla en las cadenas.
- De lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso.
- En el orden de las vicisitudes humanas no es siempre la mayoría de la masa física la que decide, sino que es la superioridad de la fuerza moral la que inclina hacia sí la balanza política.
Del "Discurso de Angostura":
"La constinuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democraticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a abedecerle y él, se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía".
Simón Bolívar.
La muerte de Simón Bolívar, por Antonio Herrera Toro (1889).