Henri-Frédéric Amiel. (Ginebra) 27 de septiembre de 1821 - 11 de mayo de 1881. Filósofo suizo, además de escitor. Uno de sus profesores sería Friedrich Schelling. Fue profesor de estética este moralista, profesor de estética en la Academia de Ginebra. Algunas de sus obras: "Berlín en la primavera del año" (1848), "Grains de mil" (Poemas y pensamientos 1854), "La campana" (1860), "Parte del sueño" (1863), "La escalada MDCII" (1875), "Charles el temerario" (1876), "Los extranjeros" (1876), "Jean-Jacques Rousseau, juzgado por los ginebrinos de hoy" (1879), "Philine" (1927), "Cartas juveniles" (1904), ...
- ¿Qué es un espíritu cultivado? Es el que puede mirar las cosas desde muchos puntos de vista.
- Cuesta mucho trabajo que la libertad vuelva a la franca unidad del instinto.
- Nada se parece tanto al orgullo como el desánimo.
- La inconstancia lo echa todo a perder, ella no deja que ninguna simiente germine.
- Una manera laboriosa de no ser nada, es serlo todo; de no querer todo; de no querer nada, es quererlo todo.
- El misterio nos asedia, y justamente lo que vemos y hacemos todos los días es lo que oculta la mayor suma de misterios.
- El destino puede seguir dos caminos para causar nuestra ruina: rehusarnos el cumplimiento de nuestros deseos y cumplirlos plenamente.
- Tu cuerpo es templo de la naturaleza y del espíritu divino. Consérvalo sano; respétalo; estúdialo; concédele sus derechos.
- Cuando mi amigo está infeliz, voy a su encuentro; cuando está feliz, espero que me encuentre.
- Hacer con soltura lo que es difícil a los demás, de ahí la señal del talento; hacer lo que es imposible al talento, he ahí el signo del genio.
- El hombre que pretende verlo todo con claridad antes de decidir, nunca decide.
- Las mujeres desean ser amadas no porque sean bonitas, o buenas, o bien educadas o graciosas o inteligentes, sino por ser ellas mismas.
- El amor es el olvido del yo.
- La vida no es más que un tejido de hábitos.
- Mira dos veces para ver lo exacto; mira una sola vez para ver lo hermoso.
- Saber envejecer es una obra maestra de la cordura y una de las partes más difíciles del gran arte de vivir.
- Dime lo que crees ser y te diré lo que no eres.
- Lo bello es superior a lo sublime, porque es permanente y no sacia, mientras que lo sublime es relativo, pasajero y violento.
- Si existe algún conflicto entre el mundo natural y el moral, entre la realidad y la conciencia, la conciencia es la que debe llevar razón.
- El desánimo es una incredulidad.
- El deber es ser útil, no como se desea, sino como se pueda.
- Lo que gobierna a los hombres es el miedo a la verdad.
- El hombre solo entiende lo que está relacionado con algo que ya existe dentro de él.
- El orden es poder.
- La poesía siempre es lo lejano.
- El sitio donde más florece el optimismo es el manicomio.
- La humanidad no comienza con el hombre sino con el desinterés.
- El liberalismo se alimenta de abstracciones, puesto que cree posible la libertad sin individuos libres.
- El alma no encuentra en el crisol de la experiencia sino el oro que ha vertido en él.
- En la vida casi todo proviene de casi nada.
- El hombre que no tiene vida interior es esclavo de su entorno.
- Todo parece cambiar cuando tú cambias.
- El que desprecia demasiado se hace digno de su propio desprecio.
- Mil cosas avanzan. Novecientas noventa y nueve retroceden. Esto es el progreso.
- Sin pasión, el hombre solo es una fuerza latente que espera una posibilidad, como el pedernal del choque el hierro, para lanzar chispas de luz.
- Un error es peligroso en proporción a la cantidad de verdad que contiene.
- La divagación es el domingo del pensamiento.
- Toda necesidad se calma y todo vicio crece con la satisfacción.
- Una burbuja de aire en la sangre, una gota de agua en el cerebro, bastan para que el hombre se desquicie.
- Lo inacabado no es nada.
- El niño ve lo que somos a través de lo que queremos ser; de ahí viene su reputación de fisonomistas.
- Cualquier paisaje es un estado del espíritu.
- Nada muestra mejor el carácter de cada cual que su manera de portarse con los necios.
- No puedo contentarme con tener razón yo solo.
- La esperanza es solo amor a la vida.
- Para la acción nada es más útil que la estrechez de pensamiento combinada con la fuerza de voluntad.
- El tiempo no es sino el espacio entre nuestros recuerdos.
- Cuanto más se ama más se sufre.
- La duda en el amor acaba por hacer dudar de todo.
- Una creencia no es verdadera solo por ser útil.
Cada día tiene sus problemas:
"Cada día tiene sus problemas,
para eliminar antes de que llegue la noche,
tanto como sea posible a lo desconocido,
porque todo los días su tarea trae:
Haz todo lo que puedas hoy
(la buena medida siempre está llena),
mañana descansa si quieres".
Henri-Frédéric Amiel.