Georgias de Leontinos (Γοργίας), (Leontini. Italia) c. 485 a. C. - c. 380 a. C. (Lárisa. Grecia). Filósofo sofista enmarcado en la filosofía griega. Fue discípulo de Empédocles, y maestro de Isócrates o Hipócrates entre otros. Vivió durante 108 años con toda su capacidad intelectual y física. Isócrates dejó escrito sobre la gran fortuna de su maestro, que le permitía viajar por todo el país. Fundó la oratoria epidíptica, adornando sus discursos de poesía. "Nada existe", defendió, pues sería incognoscible. Algunos de sus escritos: "Retórico", "Elogio de Helena", "Defensa de Palamedes". "Sobre la naturaleza o Sobre en no-ser", "Discurso olímpico", "Discurso pítico", "Epitafio", "Encomio de los ciudadanos de Elis" ...
- Difícil explicar lo que lleva al ser a dirigir sus acciones en función del medio.
- El arte de la persuasión sobrepasa a todas las demás, y es de mucho la mejor, pues ella hace a todas las cosas sus esclavas por sumisión espontánea y no por violencia.
- La seriedad de un oponente debe ser desmarcada con la risa y la risa con la seriedad.
- El pensamiento es esa cosa que con pequeño cuerpo sabe lograr cosas divinas.
- Así como el ojo no ve los sonidos, el oído no oye los colores sino los sonidos. Quien habla expresa bien un sonido, pero no puede hablando, expresar un color o una experiencia.
- Los oradores son similares a las ranas: estas cróan en el agua; ellos en el estrado del tribunal.
- Si es eterno no tuvo principio, si no tiene principio es infinito, si es infinito no está en ningún lugar, si no está en ningún lugar no existe.
- El poder de la palabra en relación con los asuntos del alma está en la misma relación del poder de los medicamentos en relación a los asuntos del cuerpo.
- El ser no es uno, no es múltiple, ni increado ni generado, por lo que el ser es nada.
- El ser es oscuro sin la apariencia; la apariencia es inconsistente sin el ser.
- Y si el discurso persuasivo engañó a su alma, no es por eso difícil defenderla y absolverla de su responsabilidad, así; el discurso es un gran poder, que por el cuerpo más pequeño y más secreto realiza las obras más divinas; porque pude detener el temor y mitigar el dolor y producir alegría y hacer que la misericordia abunde.
- Aunque el ser existiera, él no podría ser conocido, pues si podemos pensar en cosas que no existen es porque existe una separación entre lo que pensamos y el ser, lo que imposibilita su conocimiento.
- Nada es; si alguna cosa fuera, no se podría comprender; y si se pudiera comprender, no se podría comunicar a los demás.
- Podemos solamente analizar la condición en que nos encontramos y exponer lo que debemos o no hacer e incluso lo que debemos o no hacer cambia mucho dependiendo de en qué situación se encuentra.
- El hombre que se equivoca muestra más justicia que aquel que no.
- Una misma situación puede ser buena o mala dependiendo de quién la practique y en qué situación se encuentra.
- Frente al drama de la vida el único consuelo es la palabra que adquiere valor propio porque no expresa la verdad sino la apariencia.
"Orden, para la ciudad, virilidad; para el cuerpo, belleza; para el alma, sabiduría; para el acto, excelencia; para el discurso, la verdad. El contrario de estos, desorden. Tanto hombre, como mujer; tanto discurso, como obra; tanto ciudad, como asunto privado, es preciso, por un lado, con alabanza, honrar al digno de alabanza; por otro lado reprender al indigno. Pues igual error e ignorancia es reprender cosas loables y alabar cosas reprensibles".
Georgias.