Gaspar Melchor de Jovellanos. (Gijón) 5 de enero de 1744 - 27 de noviembre de 1811 (Navia). Escritor español, además de ilustrado político y jurista. Estudió filosofía en Oviedo. Graduado en derecho canónico (1761). Fue miembro de la Real Academia de Historia (1779). Real Academia de San Fernando (1780). Real Academia Española (1781), además de otros muchos cargos políticos. Escribió poesía, teatro, Ensayos... "Informe sobre la ley agraria" (1784), "El Pelayo" (1769), "El delincuente honrado" (1773), "Informe sobre el fomento de la marina mercante" (1784) ... Tradujo "El paraíso perdido" de Milton...
- Los manantiales de la abundancia no están en las plazas, sino en los campos; solo puede abrirlos la libertad y dirigirlos a los puntos donde los llama el interés.
- Admiro a quien difiende la verdad y se sacrifica por sus ideas, pero no a quienes sacrifican a otros por sus ideas.
- Sabiendo y entendiendo bien las materias en que escribe, está seguro de que escribirá bien, siempre que no se empeñe en escribir mejor.
- ¡Quién podrá reposar tranquilo mientras los infelices maldicen su descanso!
- La verdad es el principio de toda perfección, y la belleza, el gusto, la gracia, no pueden existir fuera de ella.
- La tierra no produce para los ignorantes sino malezas y abrojos.
- Si las lágrimas son efecto de la sensibilidad del corazón, ¡desdichado aquel que no es capaz de derramarlas!
- ¡Ay dichoso mortal de cuyos ojos / un pronto desengaño corrió el velo / de la ciega ilusión!
- Todo impuesto debe salir de lo superfluo y no de lo necesario.
- Solo falta el tiempo a quien no sabe aprovecharlo.
- Los pueblos tienen el gobierno que se merecen.
- Bien están los buenos pensamientos, pero resultan tan livianos como burbuja de jabón, si no los sigue el esfuerzo para concretarlos en acción.
De "Oraciones":
"La naturaleza se presenta por todas partes a nuestra contemplación y doquiera que volváis los ojos veréis brillando la conveniencia, la armonía, el orden patente y magnífico que atestiguan el gran fin de la creación. Consultadla y nada os esconderá de cuanto conduzca a la perfección de nuestro ser, el único entre todos dotado de una perfectibilidad indefinida. Nada os esconderá, porque esta perfección pertenece al mismo orden y está contenida en el mismo fin,. Consultadla, y luego desenvolverá a vuestros ojos el admirable y portentoso lazo con que sostiene el universo, haciéndolos depender unos de otros, y ordenados para la conservación del todo. Veréis que en él todo está enlazado, todo ordenado; que nada existe por sí, ni para sí; que toda existencia viene de otra, y se determina hacia otra; y que todo existe para todo y está ordenado hacia el gran fin".
"La naturaleza se presenta por todas partes a nuestra contemplación y doquiera que volváis los ojos veréis brillando la conveniencia, la armonía, el orden patente y magnífico que atestiguan el gran fin de la creación. Consultadla y nada os esconderá de cuanto conduzca a la perfección de nuestro ser, el único entre todos dotado de una perfectibilidad indefinida. Nada os esconderá, porque esta perfección pertenece al mismo orden y está contenida en el mismo fin,. Consultadla, y luego desenvolverá a vuestros ojos el admirable y portentoso lazo con que sostiene el universo, haciéndolos depender unos de otros, y ordenados para la conservación del todo. Veréis que en él todo está enlazado, todo ordenado; que nada existe por sí, ni para sí; que toda existencia viene de otra, y se determina hacia otra; y que todo existe para todo y está ordenado hacia el gran fin".
Jovellanos.
(Jovellanos, retratado por Goya
en 1798). Museo del Prado).