Christopher Marlowe. (Canterbury) 26 de febrero de 1564 - 30 de mayo de 1593 (Deptford). Poeta inglés del período isabelino, además de dramaturgo y traductor. Popularizó en su teatro el verso blanco. Tras su muerte fue enterrado en una tumba anónima, habiendo muerto por una daga en una discusión. Algunos afirman que varias de sus obras fueron firmadas con la firma "Shakespeare". Títulos de sus obras: "Doctor Faustus" -teatro- (1604. póstuma), "El judío de Malta" (1592), "El problemático reinado y la lamentable muerte de Eduardo II, rey de Inglaterra y la trágica caída del orgulloso Mortimer" (1592),... Poemas y traducciones...
- No está en nuestro poder amar o aborrecer, porque nuestra voluntad la gobierna el destino.
- El exceso de riqueza es la causa de la codicia.
- Tengo la religión por un juguete de niños y sostengo que no hay otro pecado que la ignorancia.
- ¿Quién ha amado que no haya amado a primera vista?
- Soy la ira -No tengo padre ni madre y broté de la boca de un león cuando yo apenas tenía media hora de vida. Desde entonces siempre ando por el mundo con esta caja de espadas, hiriéndome a mí mismo cuando no puedo herir a otros.
- El amor vuelve elocuentes a los que aman.
- La virtud es la fuente de donde el honor brota.
- El amor no está lleno de compasión (como dicen los hombres) pero es sordo y cruel donde quiere presa.
- Maldito sea el primero que inventó la guerra.
- El amor profundamente arraigado apenas se disimula.
El rostro que movió a mil naves
¿Era este el rostro que movió a mil naves
e hizo quemar las desgastadas torres del Ilium?
La dulce Elena me vuelve inmortal con un beso.
Sus labios respiran delante de mi alma: ¡Ved adónde vuela!
Venid, Elena, venid, traedme mi alma de nuevo.
Aquí habitaré, pues el cielo está en estos labios,
y lo que no es Elena, Escocia es.
Seré Paris por amor a ti;
en vez de Troya, saquearé Wittenberg;
combatiré con el débil Menelao,
y usaré vustros colores en mi penacho;
heriré a Aquiles en el talón,
para volver después por un beso de Elena.
Oh, tú, arte más justo que el aire de la tarde
revestido con la belleza de mil estrellas;
arte más brillante que el del flamante Júpiter
cuando apareció al desgraciado Semele;
más adorable que el monarca del cielo
en el voluptuoso azur del escudo de armas de Arethusa;
¡Nadie sino tú serás mi escudo de amor!"
Christopher Marlowe.