Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta. (Guipúzcoa) 18 de marzo de 1911 - 18 de abril de 1991 (Madrid). Poeta español de la generación de posguerra, además de ingeniero industrial. Conocido por su poesía social de compromiso. Conoció a Lorca estando en la Residencia de estudiantes de Madrid (1927-1935), además de a tantos como pasaron por allí: Ortega y Gasset, Unamuno, Juan Ramón Jiménez... Fuen galardonado con el Premio Nacional de las letras Españolas en 1986. Algunos de sus títulos: "Marea de silencio" (1935), "El principio sin fin" (1949), "Coser y cantar" (1955), "El corazón en su sitio" (1959), "La linterna sorda" (1964), "Dirección prohibida" (1973), "Parte de guerra" (1977), ... Además de ensayos, prosa y drama...
- La poesía es un arma cargada de futuro.
- A solas soy alguien. En la calle nadie.
- La poesía no es un fin en sí. La poesía es un instrumento entre otros.
- A veces unos puntos suspensivos a tiempo resultan más profundos que un verso archipensado.
- Cantemos como quien respira. Hablemos de lo que cada día nos ocupa. Nada de lo humano debe quedar fuera de nuestra obra.
- Saludo la blancura que ha inventado el gladiolo sin saber lo que hacía.
- Cuando canta un poeta como cantan las hojas, no es un hombre quien habla.
- Y al fin reina el silencio. Pues siempre, aún sin quererlo guardamos un secreto.
- En el fondo de la noche tiembla el árbol del silencio; los hombres gritan tan alto que solo se oye la luna.
Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta. Poeta español (1911-1991)
Algunos libros:
Marea del silencio (1935)
Tentativas (Prosa. 1946)
El principio sin fin (1949)
El arte como lenguaje (Ensayo. 1951)
Lo demás es silencio (1952)
De claro en claro (1956)
Poesía y verdad (Ensayo. 1959)
Poesía urgente (1960)
El relevo (Teatro. 1963)
Versos de otoño (1963)
La voz de los niños (Ensayo. 1972)
El hilo rojo (1977)
Parte de guerra (1977)
Memorias inmemoriales (Prosa. 1980)
Cantos y mitos (1984)
Ritos y farsas (Teatro. 1985)
EDUCAR
"Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca...
Hay que medir, pensar, equilibrar...
y poner todo en marcha.
Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marinero...
un poco de pirata...
y un kilo y medio de paciencia concentrada.
Pero es consolador soñar,
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño,
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará vuestra carga de palabras
hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera enarbolada".
Gabriel Celaya.
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