Friedrich Wilhelm Nietzsche. (Röcken),15 de octubre de 1844 - 25 de agosto de 1900 (Weimar). Filósofo y poeta, alemán. "Fatum e historia" (1862), "Libertad de la voluntad y fatum" (1868), "Homero y la filología clásica" (1869), "El drama musical griego" (1870), "Sócrates y la tragedia" (1870), ... "Humano, demasiado humano" (1878), "El caminante y su sombra" (1880), "Aurora" (1881), "La gaya ciencia" (1882), "Así habló Zaratustra" (1883 -1884 - 1885), "Más allá del bien y del mal" (1886), "La genealogía de la moral" (1887), "El Anticristo" (1888), ...
- Lo que no me mata me hace más fuerte.
- Cuanto más se eleva un hombre, más pequeño les parece a los que no saben volar.
- Hay siempre un poco de locura en el amor. Más también hay siempre un poco de razón en la locura.
- La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño.
- Todo el que disfruta cree que lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla. He aquí la diferencia entre los que creen y los que disfrutan.
- No miente solo el que habla contrariando su propio saber, sino sobre todo el que habla contrariando su propio no saber.
- La verdad es que amamos la vida, no porque estemos acostumbrados a ella, sino porque estamos acostumbrados al amor.
- Una mala conciencia se cura más fácilmente que una mala reputación.
- Es un deber moral, solo en apariencia cruel, empujar todo aquello que se tambalea.
- En la montaña el camino más corto es de cima en cima; pero para eso hay que tener las piernas largas.
- Ansiaban escaparse de su miseria, pero las estrellas quedaban demasiado lejos.
- El último cristiano murió en la cruz.
- Y muchas veces vacías la copa en tu afán de llenarla.
- Yo solo creería en un dios que supiera bailar.
- Le gusta al frío monstruo entrar en calor al sol de las conciencias limpias.
- Que sería de tu felicidad, radiante astro, si no tuvieras aquellos para los que brillas.
- Cuántos hombres se precipitan hacia la luz, no para ver mejor, sino para brillar.
- A menudo la sensualidad, apresura el crecimiento del amor, de modo que la raíz queda débil y es fácil de arrancar.
- Un político divide la humanidad en dos clases: los instrumentos y los enemigos.
- Los grandes pensamientos aparecieron al andar.
- Yo amo a quienes no saben vivir de otro modo que hundiéndose en su ocaso, pues ellos son los que pasan al otro lado.
- Dios ha muerto. Parece que lo mataron los hombres.
De "Ecce homo" -cómo se llega a ser lo que se es...
"Quien sabe respirar el aire de mis escritos sabe que es un aire de alturas, un aire fuerte. Es preciso estar hecho para ese aire, de lo contrario se corre el no pequeño peligro de resfriarse en él. El hielo está cerca, la soledad es inmensa; ¡mas qué tranquilas yacen todas las cosas en la luz!, ¡con qué libertad se respira!, ¡cuántas cosas sentimos debajo de nosotros! La filosofía, tal como yo la he entendido y vivido hasta ahora, es vida voluntaria en el hielo y en las altas montañas: búsqueda de todo lo problemático y extraño que hay en el existir, de todo lo proscrito hasta ahora por la moral. Una prolongada experiencia, proporcionada por ese caminar en lo prohibido, me ha enseñado a contemplar las causas a partir de las cuales se ha moralizado e idealizado hasta ahora, de un modo muy distinto a como tal vez se desea: se me han puesto al descubierto la historia oculta de los filósofos, la sicología de sus grandes nombres. ¿Cuánta verdad soporta, cuánta verdad osa un espíritu? Esto fue convirtiéndose cada vez más, para mí, en la auténtica unidad de medida. El error (el creer en el ideal) no es ceguera, el error es cobardía. Toda conquista, todo paso adelante en el conocimiento es consecuencia del coraje, de la dureza consigo mismo, de la limpieza consigo mismo. Yo no refuto los ideales, ante ellos, simplemente, me pongo los guantes. Ni timur in vetitum [nos lanzamos hacia lo prohibido]: bajo este signo vencerá un día mi filosofía, pues hasta ahora lo único que se ha prohibido siempre, por principio, ha sido la verdad".
Nietzsche.