George Bernard Shaw (Dublín) 26 de julio de 1856 – 2 de noviembre de 1950 (Ayot St. Lawrence, Hertfordshire). Escritor irlandés, ganador del Premio Nobel de literatura en 1925 y del Óscar en 1938. Cuando estrenó "Comandant Barbara", le escribió a Churchill: "Venga usted con un amigo, si es que lo tiene", recibiendo por respuesta: "Me es imposible asistir, acudiré a la segunda presentación, si es que la hay". Algunos títulos: "Mmaturity" (1879), "El nudo irracional" (1880), "Amor entre los artistas" (1881), "La profesión de la señora Warren" (1893), "El hombre y las armas" (1894), "Cándida" (1894), "El dilema del doctor" (1906), "César y Cleopatra" (1898), "Pigmalion" (1912), "La millonaria" (1934), ...
- A los políticos y a los pañales hay que cambiarlos seguido... por la misma razón.
- No dejamos de jugar porque envejecemos, envejecemos porque hemos dejado de jugar.
- El hombre razonable se adapta al mundo; el hombre no razonable, persisten en intentar adaptar el mundo a sí mismo. Por tanto, todo progreso depende del hombre no razonable.
- No es cierto que el poder corrompe, es que hay políticos que corrompen al poder.
- Si has construido un castillo en el aire, no has perdido el tiempo, es allí donde debería estar. Ahora debes construir los cimientos debajo de él.
- Ves cosas y dices: "¿Por qué?". Pero yo sueño cosas que nunca fueron y digo: "¿Por qué no?"
- Mi educación era muy buena hasta que el colegio me la interrumpió.
- La estadística es una ciencia que demuestra que si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno.
- Aprendemos de la experiencia, que los hombres nunca aprenden nada de la experiencia.
- Cuando un hombre quiere matar a un tigre, lo llama deporte; cuando es el tigre quien puede matarle a él, lo llama ferocidad.
- No hay beso que no sea principio de despedida: incluso el de llegada.
- El dinero del premio Nobel es un salvavidas arrojado a un nadador que ya ha alcanzado la seguridad de la costa.
De "Santa Juana":
"Una hermosa mañana primaveral del año 1429, junto al río Mota, entre Lorena y Champaña, en el castillo de Vaucouleurs. El capitán ROBERTO DE BAUDRICOURT, caballero, militar, bien parecido y de aspecto enérgico, pero sin voluntad propia, trata de ocultar ese defecto del modo habitual en él.: vociferando terriblemente a su MAYORDOMO, un ser insignificante, enjuto de carnes, y pelo ralo, cuya edad puede oscilar entre los dieciocho y los cincuenta y cinco años; ese tipo de hombre que no puede envejecer porque nunca fue joven".
George Bernard Shaw.