
- Podrán cortar todas las flores pero no podrán detener la primavera...
- Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida.
- ¿Sufre más aquel que espera siempre que aquel que nunca esperó a nadie?
- Los poetas odiamos el odio y hacemos guerra a la guerra.
- No hagas con el amor lo que hace un niño con su globo que al tenerlo lo ignora y al perderlo llora.
- Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por lo que quieres, abandonarlo todo por miedo, no convertir en realidad tus sueños.
- El amor nace del recuerdo, vive de la inteligencia y muere por olvido.
- Para que nada nos separe, que nada nos una.
- En un beso sabrás todo lo que he callado.
- De la vida no quiero mucho, quiero apenas saber que intenté todo lo que quise, tuve todo lo que pude, amé todo lo que valía la pena y perdí apenas lo que, nunca fue mío.
- Los celos no son causa del amor, son causa del enfermo deseo de convertir a alguien en nuestra propiedad.
- Me gusta el silencio desde que empecé a amarte en él.
- Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos.
- No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, como la causa de tu futuro es tu presente.
- Si me preguntan qué es mi poesía debo decirles no sé; pero si le preguntan a mi poesía, ella les dirá quién soy.
- Me enamoré de la vida; es la única que no me dejará sin antes hacerlo yo.
De Veinte poemas de amor y una canción desesperada, el Poema 15 dice:
"Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía;
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto".
Pablo Neruda.