
- Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar...
- Un idealista es aquel que, al notar que una rosa huele mejor que una col, deduce que hará una mejor sopa.
- Nunca confundas movimiento con acción.
- La mejor forma de averiguar si puedes confiar en alguien es confiar en él.
- ¿Por qué los viejos despiertan tan temprano? ¿Será para tener un día más largo?
- Conocer a un hombre y saber lo que tiene en la cabeza son asuntos distintos.
- Un hombre tiene corazón aunque no siga sus dictados.
- Cada día es un nuevo día. Es mejor tener suerte. Pero yo prefiero ser exacto. Luego, cuando venga la suerte, estaré dispuesto.
- Al oír un eco muchos creen que el sonido proviene de ellos.
- Todos estamos rotos. Así es como entra la luz.
- El hombre que ha empezado a vivir más seriamente por dentro, empieza a vivir más sencillamente por fuera.
De "El viejo y el mar":
"Era un viejo que pescaba solo en un bote en el Gulf Stream y hacía ochenta y cuatro días que no cogía un pez. En los primeros cuarenta días había tenido consigo a un muchacho. Pero después de cuarenta días sin haber pescado los padres del muchacho le habían dicho que el viejo estaba definitiva y rematadamente salao, lo cual era la peor forma de la mala suerte, y por orden de sus padres el muchacho había salido en otro bote que cogió tres buenos peces la primera semana. Entristecía al muchacho ver al viejo regresar todos los días con su bote vacío, y siempre bajaba a ayudarle a cargar los rollos de sedal o el bicheroy el arpón y la vela arrollada al mástil. La vela estaba remendada con sacos de harina y, arrollada, parecía una bandera en permanente derrota".
Ernest Hemingway.