Pedro Salinas Serrano. (Madrid) 27 de noviembre de 1891 - 4 de diciembre de 1951 (Boston). Escritor y poeta español de la Generación del 27. Exiliado a Estados Unidos después de la Guerra Civil Española, donde vivió hasta su muerte. Algunos de su libros: POESÍA: "Presagio" (1923). "Seguro azar" (1929), "Fábula y signo" (1931), "La voz a ti debida" (1933), "Razón de amor" (1936), "Error de cálculo" (1938), ... TEATRO: "El director" (1936), "El parecido" (1942), "Ella y sus fuentes" (1943), "La bella durmiente" (1943), ... NARRATIVA: "Versión modernizada del Cantar del mío Cid" (1926). "Víspera del gozo" (1926), ... ENSAYOS: "Literatura española siglo XX" (1940), ... EPISTOLARIO: "Cartas de amor a Margarita" (1912-15), ...
- Tu presencia y tu ausencia sombra son una de otra, sombras me dan y quitan.
- Dentro del hombre ni esperanza empuja ni memoria sujeta.
- Tú vives de tus actos. Con la punta de tus dedos pulsas el mundo, le arrancas auroras, triunfos, colores, alegrías: es tu música. La vida es lo que tú tocas.
- Y nunca te equivocaste, más que una vez, una noche que te encaprichó una sombra, la única que te ha gustado. Una sombra parecía. Y la quisiste abrazar. Y era yo.
- La quiero para soltarla, solamente. No tengo cárcel para ti en mi ser. Tu libertad te guarda para mí. La soltaré otra vez, y por el cielo, por el mar, por el tiempo, veré cómo marcha hacia su sino. Si su sino soy yo, te estaré esperando.
- Lo que eres me distrae de lo que dices.
- No había que buscar: tu sueño era mi sueño.
- Sé que cuando te llame entre todas las gentes del mundo, solo tú serás tú.
- Los poetas pueden definirse como seres que saben decir mejor que nadie dónde les duele.
- ¿Serás, amor, un largo adiós que no se acaba?
A esa, a la que yo quiero...:
"A esa, a la que yo quiero,
no es a la que se da rindiéndose,
a la que se entrega cayendo,
de fatiga, de peso muerto,
como el agua por ley de lluvia.
hacia abajo, presa segura
de la tumba vaga del suelo.
A esa, a la que yo quiero,
es a la que se entrega venciendo,
venciéndose,
desde su libertad saltando
por el ímpetu de la gana,
de la gana de amor, surtida,
surtidor, o garza volante,
o disparada -la saeta-,
sobre su pena victoriosa,
hacia arriba, ganando el cielo".
Pedro Salinas.