Rainer Maria Rilke. (René Karl Wilhelm Johann Josef Maria Rilke). Bohemia (Praga) 4 de diciembre de 1875 - 29 de diciembre de 1926 Val-Mont (Suiza). Poeta checo. Al estallar la "Gran Guerra" (1914). Rilke se halla en Alemania, donde permaneció mientras confiscaban y subastaban sus propiedades en Francia, por ser súbdito de un país enemigo. En Rusia conoce a Tólstoi. Algunas de sus obras: POESÍA.- "Vida y canciones" (1894), "Ofenda a los lares" (1895), "Coronado de sueños" (1897), "Adviento" (1898), "El libro de la vida monástica" (1899), "El libro del peregrinaje" (1901), "El libro de la pobreza y la muerte" (1903), "Sonetos a Orfeo" (1923)... PROSA.- "Narraciones" (1900), "Auguste Rodin" (1903)... Además de cartas...
- La verdadera patria del hombre es su infancia.
- El amor consiste en dos soledades que se protegen, limitan y procuran hacerse mutuamente felices.
- Amar es una oportunidad, un motivo sublime que se ofrece a cada individuo para madurar y llegar a ser algo en sí mismo, para volverse mundo.
- Convierte tu muro en un peldaño.
- Solo son malas las tristezas que se llevan entre la multitud para que ella las oculte.
- Nos encontramos en una corriente donde debemos remontar la marea. La tristeza también es una ola.
- No olvides nunca formular tu deseo. Creo que no se cumplen, pero hay deseos a largo plazo que duran toda la vida de modo que no podía esperarse su cumplimiento.
- Busca la profundidad de las cosas; hasta allí nunca logra llegar la ironía.
- Solo tu sonrisa permanece como muchas estrellas sobre ti, y pronto sobre mí.
- El hombre crece, florece constantemente en el amor, o muere.
- En la vida no hay clases para principiantes; en seguida exigen de uno lo más difícil.
- He rezado por mi niñez, y ha vuelto a mí, y siento que sigue siendo tan pesada como antes, y que no ha servido de nada hacerme mayor.
- Ninguna cosa es ella misma.
- Si tu fescura a veces nos sorprende tanto, dichosa rosa, es que en ti misma, pétalo contra pétalo, descansas.
- La única patria feliz, sin territorio, es la conformada por los niños.
"Rosa, oh contradicción pura, deleite de no ser sueño de nadie bajo tantos párpados", reza el epitafio que él mismo escogería.
De "Los cuadernos de Malte Laurids Brigge":
"Un perro ladra ¡Qué alivio! Un perro. Hacia la madrugada hay hasta un gallo que canta, y es una infinita delicia. Después, de pronto, me duermo. Hay los ruidos. Pero hay algo aún más terrible: el silencio. Creo que en los grandes incendios sobrevive a veces un momento de máxima tensión: los chorros de agua declinan; los bomberos no trepan ya; nadie se mueve. Silenciosamente, una negra cornisa se desprende desde arriba, y un alto muro, tras del que salen las llamas, se inclina sin ruido hacia adelante".
Rainer Maria Rilke.