Alberto Pincherle. (Roma) 28 de noviembre de 1907 - 26 de septiembre de 1990. Escritor italiano, además de periodista. Fue miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias. Fue eurodiputado. Algunos títulos de su obra: "Los indiferentes" (1929), "Las ambiciones defraudadas" (1935), "La buena vida" (1935), "La mascarada" (1941), "La amante infeliz" (1943), "Dos cortesanas y la noche de don Giovanni" (1944), "La romana" (1947), "Amor conyugal" (1947), "El inconformista" (1947), "El desprecio" (1954), "La campesina" (1957), "El tedio" (1960), "Una idea de la India" (1962), "Compromiso involuntario" (1980), ...
- Una dictadura es un estado en el que todos temen a uno y uno a todos.
- La felicidad es tanto mayor cuanto menos la advertimos.
- El amor puede hacerlo todo y también lo contrario de todo.
- Solo hay conciencia e inconsciencia... La conciencia es el miedo, el coraje es inconsciente.
- El hombre desea esperar siempre. También cuando se convence de ser privado de la esperanza.
- Cuando uno no es sincero, hay que fingir serlo, y a fuerza de fingir, se acaba creyendo. Este es el principio de la fe.
- Curiosamente los votantes no se sienten responsables de los fracasos del gobierno que han votado.
- La única vacuna contra el aburrimiento es el amor.
- La amistad es más difícil y más rara que el amor. Por eso, hay que salvarla como sea.
- Y se sabe que el amor es un anteojo a través del cual también un monstruo parece fascinante.
- Sentido común: algo así como salud contagiosa.
De "Los indiferentes" (Capítulo I):
"Entró Carlota. Llevaba un vestido de lanilla pardo, con la falda tan corta, que bastó el movimiento que hizo al cerrar la puerta para que se levantara un buen palmo por encima de los flojos pliegues que formaban las medias alrededor de sus piernas; pero ella no lo advirtió, y avanzó con precaución, mirando misteriosamente ante sí, demadejada e insegura. Una sola lámpara estaba encendida e iluminaba las rodillas de Leo, sentado en el diván. Una gris oscuridad envolvía el resto del salón".
Alberto Moravia.