Vicente Pío Marcelino Cirilo Aleixandre y Merlo. (Sevilla), 26 de abril de 1898 - 13 de diciembre de 1984 (Madrid). Poeta español de la Generación del 27. Fue miembro de la Real Academia Español de la Lengua. Premio Nobel de Literatura en 1977. Algunos títulos de su obra: "Ámbito" (1928), "Espadas como labios" (1932), "Pasión de la tierra" (1935), "Sombra del Paraíso" (1944), "Mundo a solas" (1950), "En un vasto dominio" (1962), "Retratos con nombre" (1965), "Poesía surrealista" (1971), "Sonido de la guerra" (1971), "Diálogos del conocimiento" (1974), "Tres poemas seudónimos" (1984), "La gran noche. Últimos poemas" (1991), ...
- Existir es vivir con ciencia a ciegas.
- Cuerpo feliz que fluye entre mis manos, rostro amado donde contemplo el mundo, donde graciosos pájaros se copian fugitivos, volando a la región donde nada se olvida.
- Olvidar es morir.
- Ser lear a sí mismo es el único modo de ser leal a los demás.
- Saber es alentar con los ojos abiertos. ¿Dudar? Quien duda existe. Solo morir es ciencia.
- La poesía tiene que ser humana.
- La soledad destella en el mundo sin amor.
- Unas pocas palabras mientras alguien callase; las del viento en las hojas, mientras beso tus labios.
- La luna como una mano, reparte con la injusticia que la belleza usa, sus dones sobre el mundo.
- Ni siquiera la prueba de lo absurdo de sus sospechas podrá consolar al celoso, porque los celos son la enfermedad de la imaginación.
- La memoria de un hombre está en sus besos. Pero nunca es verdadera memoria extinta. Contar la vida por los besos dados no es alegre. Pero más triste es darlos sin memoria.
- ¡Todo es hermoso y grande! El mundo está sin límites.
- Por lo que un hombre hizo cuenta el tiempo. Hacer es vivir más, o haber vivido, o ir a vivir. Quien muere vive, y dura.
- Quiero vivir, vivir como la hierba dura, como el cierzo o la nieve, como el carbón vigilante, como el futuro de un niño que todavía no nace, como el contacto de los amantes cuando la luna los ignora.
Diosa
"Dormida sobre el tigre,
su leve trenza yace."Dormida sobre el tigre,
Mirad su bulto. Alienta
sobre la piel hermosa,
tranquila, soberana.
¿Quién puede osar, quién sólo
sus labios hoy pondría
sobre la luz dichosa
que, humana apenas, sueña?
Miradla allí. ¡Cuán sola!
¡Cuán intacta! ¿Tangible?
Casi divina, leve
el seno se alza, cesa,
se yergue, abate; gime
como el amor. Y un tigre
soberbio la sostiene
como la mar hircana,
donde flotase extensa,
feliz, nunca ofrecida.
¡Ah, mortales! No, nunca;
desnuda, nunca vuestra.
Sobre la piel hoy ígnea
miradla, exenta: es diosa".
Vicente Aleixandre.