Tito Maccio Plauto. (Sarsina. Umbría) 254 a. C. - 184 a. C. (Roma). Comediógrafo romano. Fue soldado y como queda reflejado en sus obra, marinero. Hubo de empujar la rueda de un molino tras arruinarse o quizá no dejó de ser una expresión de pobreza, y al tiempo, escribía. Gracias a sus comedias murió en la abundancia. Algunas de sus obras: "Anfitrión", "Asinaria", "Aulularia", "Bacchides", "Captivi", "Casina", "Cistellaria", "Curculio", "Epídico", "Estico", "Menecmos", "Mercator", "Miles gloriosus", "Mostellaria", "Poenulus", "Pseudolus", "Persa", "Rudens", "Trinummus", "Truculentus", "Vidularia", ...
- A buen entendedor pocas palabras bastan.
- Causa es de perder lo seguro ir en busca de lo incierto.
- La pobreza es un maestro de todas las artes.
- El mayor mal del vino es que comienza por agarrarse a los pies; es un luchador habilidoso.
- Si reclamas el dinero prestado, tendrás que de un amigo tu bondad hizo tu enemigo.
- Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre cuando desconoce quién es el otro.
- Siguiendo al río se llega a la mar.
- No es por la edad, sino por la capacidad, que se adquiere sabiduría.
- La virtud es premio de sí misma.
- Un ratón nunca confía su vida a un único agujero.
- Vale más un testigo de vista que diez de oídas.
- La naturaleza nos engendra a todos libres, y por tanto es natural el sentimiento de libertad.
- Yo sé que, si te conta que he hecho algo mal o desmañadamente y no me acusas de ello, tú debes ser, a tu vez, culpado.
- Lo que no se espera sucede con más frecuencia que lo que se espera.
De "Anfitrión":
Acto I, Escena I
"SOSIA. Mira que se necesita ser atrevido y confiado de verdad para, sabiendo cómo es la gente joven, andar solo por aquí a estas horas de la noche. A ver qué haría yo ahora, si me llevara la ronda de la policía a la cárcel. Me sacarían de allí al día siguiente, como se sacan las provisiones de la despensa, para recibir una buena ración de palos; ni me sería posible defenderme, ni mi amo estaría dispuesto a prestarme ayuda, ni habría nadie que no pensara que me estaba pero que muy bien empleado. Como si fuera un yunque, se pondrían a pegarme golpes ocho tíos como castillos: ese sería el alojamiento con que me honraría aficialmente la ciudad a mi vuelta del extranjero".
Plauto.