Émile-Auguste Chartier. (Mortagne-au-Perche) 3 de marzo de 1868 - 2 de junio de 1951 (Le Vésinet). Filósofo francés. Además de profesor de francés y periodista. Sus enseñanzas se basaban en cómo pensar más que en qué pensar. Fue brigadier de artillería durante la I Guerra Mundial, que habría de dejar a causa de un pie triturado, sería desmovilizado en 1917. En 1921 escribiría un panfleto para criticar la guerra, su esclavitud y cómo ven los oficiales a los hombres como bestias, era "Marte o la verdad de la guerra". Otras obras: "Pequeño tratado de armonía para ciegos" (1918), "Sistema de Bellas Artes" (1920), "Sobre la felicidad" (1925), "La visita al músico" (1927), "Reduerdos de guerra" (1937), "Estaciones del espíritu" (1937), ...
- El hombre que tiene miedo sin peligro, inventa el peligro para justificar su miedo.
- Nada tarda tanto como aquello que no se empieza.
- Nada posible es bello, solo lo real es bello.
- El aburrimiento es lo que queda de los pensamientos cuando las pasiones son eliminadas de ellos.
- Nada hay más peligroso que una idea cuando no se tiene más que una.
- Amar es descubrir nuestra riqueza fuera de nosotros.
- La felicidad no es fruto de la paz, es la paz misma.
- La cosa más difícil del mundo es decir pensando lo que todos dicen sin pensar.
- Un loco es aquel que cree todo lo que le viene a la cabeza.
- Engañarnos es el precio de pensar; la humanidad reina gracias a la osadía de sus errores.
- La vida es un trabajo que se debe hacer de pie.
- La duda es la sal del espíritu. Sin una pizca de duda todos los conocimientos se pudren pronto.
- La experiencia, es decir, el mero hecho de estar en el mundo, nos coloca ante experiencias verdaderas, pero que pueden ser el origen de los conocimientos más falsos.
- Todas las artes son como espejos en los que el hombre conoce y reconoce algo de sí que ignoraba.
- Reflexionar es negar aquello en lo que se cree.
- El coraje alimenta las guerras, pero es el miedo quien las hace nacer.
- La muerte es una enfermedad de la imaginación.
- No es difícil ser infeliz, lo difícil es ser feliz, lo que no es razón para no intentarlo.
- Los pasos no solo conducen a una meta, cada paso es ya una meta.
- El trabajo que no puede separar la idea es un trabajo contra la naturaleza. La idea no existe, lo que existe es el individuo.
Del discurso de Alain sobre el amor a la sabiduría a sus alumnos:
"Mientras los ciudadanos estén dispuestos a creer sin comprobación a los más fuertes, los más ricos, los más elocuentes o los más instruidos, mientras sean incapaces de reflexión personal y libre crítica, es inútil que inscribamos en nuestros edificios la sublime divisa republicana. Y, por el contrario, en la medida en que cada uno de vosotros libere su espíritu del peso de la tradición, de las amenazas de la autoridad o de las caricias taimadas del interés, cada uno de vosotrso funda, defiende y salva la verdadera República. La sabiduría de los ciudadanos, el culto de la razón, el amor a las ideas, tal es el fundamento de la República".
Alain.