Niccolò Ugo Foscolo "Didimo Chierico". (Isla de Zante. República de Venecia) 6 de febrero de 1779 - 10 de septiembre de 1827 (Londres). Poeta italiano. Participó en las batallas de Marengo, Trebbia y en el sitio de Génova, siendo en este último hecho prisionero. Algunas de sus obras: (Poemas) "Oda a Bonaparte el libertador" (1797), "Oda al amigo curado" (1802), "Por mantener el rumor de mi cadena en silencio" (1802), ... (Novelas) "Últimas cartas de Jacopo Ortis" (1802), ... (Teatro) "Tieste" (1795), "Ajace" (1810), ... (Otros) "Epistolario" (1794-1827), "Tiempos y religión de la poesía de Lucrecio" (1803), ...
- Reímos y reímos; porque la seriedad fue siempre amiga de los impostores.
- Una parte de los hombres actúan sin pensar y la otra piensa sin actuar.
- El recurso final del hombre destruido es el delito.
- El hastío se origina bien de una debilísima conciencia de la existencia propia, que no puede impulsarnos a la acción, o bien de una conciencia excesiva, por la que advertimos la imposibilidad de actuar en la medida que querríamos.
- La decrepitud acaso la da Dios en pena a quien deseó vivir demasiado.
- La escasa felicidad que es deseable esperar en este mundo, consiste en la certidumbre de haber hecho el mayor bien y el menor mal posible a los corazones de nuestros amigos.
- El espectáculo de la belleza basta tal vez para adormecer en nosotros, tristes mortales, todos los dolores.
- No se da cuenta el hombre de su capacidad, sino cuando intenta, medita y quiere.
- Aprecio al dinero más que a todas aquellas cosas que el dinero puede dar, pero menos que a las cosas que no podrán nunca alcanzarse con el dinero y que son las más excelentes aun en esta mísera vida.
- Yo encuentro un no sé qué de malvado en el hombre dichoso.
- La naturaleza se imita siempre a sí misma en todos sus trabajos, a los cuales, uno a uno, los diferencia y hace aparecer como nuevos y maravillosos por medio de poquísimas, mínimas y a menudo imperceptibles variaciones.
- En este mundo la pobreza es una vergüenza que ningún mérito consigue lavar; es delito que no castigan las leyes, pero es perseguido muy cruelmente por el mundo.
- La riqueza es estimada más que todo aquello que con ella se puede conseguir, y menos que aquellas cosas que no puede dar.
- Todos quieren ser amos y ninguno el dueño de sí mismo.
- El arte no consiste en representar cosas nuevas, sino en representar con novedad.
- Toda lágrima enseña a los mortales una verdad.
- Cuando Catón se suicidó, un pobre patricio llamado Cocio, le imitó. Al primero le admiraron porque antes había buscado todas las salidas posibles; del otro se burlaron, pues por amor a la libertad solo supo quitarse la vida.
De "Últimas cartas de Jacobo Ortis":
"Amanecía apenas el más bello día de otoño. Parecía que la noche, acompañada de las tinieblas y de las estrellas, huyese del sol, que con esplendor inmenso, salía de entre las nubes de oriente como dominador del universo: y el univeso se sonreía. Las nubecillas doradas y pintadas de mil colores subían hacia la bóveda del cielo que enteramente despejado parecía abrirse para derramar sobre sobre los mortales la protección de la Divinidad".
Foscolo.
Soneto I
"Porque tal vez de la fatal quietud
eres la imagen, soy feliz al verte,
oh noche, cuando alegres te cortejan
suaves brisas y nubes estivales;
y cuando traes con la tempestad
las tinieblas profundas e inquietantes,
te invoco siempre, y las secretas vías
del corazón con suavidad gobiernas.
Haces que el pensamiento se extravíe
por la senda que va a la eterna nada,
y huye este tiempo inicuo y con él marchan
las preocupaciones que me oprimen.
Miro tu paz y en mi interior se calma
el insaciable espíritu guerrero".
eres la imagen, soy feliz al verte,
oh noche, cuando alegres te cortejan
suaves brisas y nubes estivales;
y cuando traes con la tempestad
las tinieblas profundas e inquietantes,
te invoco siempre, y las secretas vías
del corazón con suavidad gobiernas.
Haces que el pensamiento se extravíe
por la senda que va a la eterna nada,
y huye este tiempo inicuo y con él marchan
las preocupaciones que me oprimen.
Miro tu paz y en mi interior se calma
el insaciable espíritu guerrero".
Ugo Foscolo.