William Butler Yeats. (Dublín) 13 de junio de 1865 - 28 de enero de 1939 (Roquebrune-Cap-Martin. Francia). Poeta irlandés, además de dramaturgo. Premio Nobel de Literatura en 1923. Fue uno de los fundadores del Abbey Theatre (1899), junto con lady Gregory y Edward Martyn. Algunos títulos de sus obras: "Mosada" (1886), "El peregrinaje de Oisin y otros poemas" (1889), "Cuentos de hadas irlandesas" (1892), "La rosa secreta" (1897), "El viento entre los juncos" (1899), "Las aguas sombrías" (1900), "En los siete bosques" (1903), "Los cisnes salvajes de Coole" (1917), "Cuatro años" (1921), "Explosión de Octubre" (1927), "La escalera de caracol" (1929), "Luna llena en marzo" (1935), "Segunda oportunidad" (1938), ...
- Mi amor, dices que no hay amor a menos que dure para siempre. Tonterías, hay episodios mucho mejores que la obra entera.
- Somos felices cuando nuestro interior está correspondido por nuestro exterior.
- Piensa como un hombre sabio pero comunícate con el lenguaje de la gente.
- Mucho tiempo sacrificándose puede hacer piedra el corazón.
- En los sueños comienza la responsabilidad.
- Pisa con suavidad porque estás pisando mis sueños.
- El vino entra en la boca, y el amor entra en los ojos; esto es todo lo que en verdad conocemos antes de envejecer y morir. Así llevo el vaso a mi boca, y te miro, y suspiro.
- La educación no es el relleno de un cubo, sino la iluminación de un incendio.
- No hay extraños aquí; solo amigos que aún no conoces.
- No esperes a golpear hasta que el hierro esté caliente; caliéntalo con tus golpes.
- La peor cosa de algunos hombres es que cuando no están borrachos están sobrios.
- Si el sufrimiento trae la sabiduría quisiera ser menos sabio.
- La vida es una larga preparación para algo que nunca sucede.
- Hacemos de la pelea con otros retórica, pero de la pelea con nosotros mismos poesía.
- El hombre puede encarnar la verdad pero él no puede saberla.
Muerte
"Ni el miedo ni la esperanza asisten
a un animal moribundo;
un hombre que espera su final
teme y espera todo;
muchas veces murió,
otras tantas se levantó de nuevo.
Un gran hombre orgulloso
que se encara con los asesinos,
y se burla
de ese exceso de ímpetu,
conoce la muerte hasta el tuétano:
el hombre ha creado la muerte".
William Butler Yeats.