Severo Ochoa de Albornoz. (Luarca. Asturias) 24 de septiembre de 1905 - 1 de noviembre de 1993 (Madrid). Científico español, nacionalizado estadounidense. Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1959. Tuvo importantes contribuciones en la Bioquímica y la Biología Molecular. Sus trabajos llevaron a la síntesis del ácido ribonucleico (ARN), entre otras aportaciones. Entre sus artículos: "Deshidrogenasa málica del corazón del cerdo" (1955), "Encima málica" (1955), ...
- El amor es la fundición de física y química.
- Una mujer puede cambiar la trayectoria vital de un hombre.
- Mi verdad básica es que todo tiempo es un ahora en expansión.
- Me he dedicado a investigar la vida y no sé por qué ni para qué.
- Primero el hombre aprende en la vida a andar y a hablar. Más tarde, a sentarse tranquilo y mantener la boca cerrada.
- En principio la investigación necesita más cabezas que medios.
- La ciencia siempre vale la pena, porque sus descubrimientos, tarde o temprano, siempre se aplican.
- Para mí no hay emoción comparable a la que produce la actividad creadora, tanto en ciencia como en arte, literatura u otras ocupaciones del intelecto humano.
Anécdota escrita en la Annual Review of Biochemistry (1980):
"Una noche, al final de los años 40, mi mujer y yo estábamos en una fiesta que se daba en honor de Otto Loewi y Sir Henry Dale, que había recibido el Premio Nobel de Medicina en 1936, por su descubrimiento de la transmisión química del impulso nervioso. Se nos pidió a todos que firmásemos en el libro de invitados y pusiésemos nuestras aficiones, y yo lo hice, con Sir Henry mirando por encima de mi hombro. Como yo puse que mi afición era Bioquímico, él estalló en risas. En aquel momento yo era Presidente del Departamento en la Facultad de Medicina en la Universidad de Nueva York y Sir Henry dijo: "Ahora que es farmacólogo, tiene la bioquímica como afición".
Severo Ochoa.