Esquilo (Αἰσχύλος). (Eleusis) 525 a. C. - 456 a. C. (Gela). Dramaturgo griego. Euforión y Eveón, fueron hijos suyos, también poetas trágicos. Se le considera el primer representante de la tragedia griega. Vivió el fin de la tiranía de los Psistrátidas. Luchó en la batalla de Maratón, Salamina... Algunas de sus obras: "Los persas" (472 a C.), "Los siete contra Tebas" (467 a C.), "Las suplicantes" (463 a C.), "Orestíada: Agamenón, La coéforas, Las Euménides" (458 a C.), "Prometeo encadenado" ...
- La verdad es la primera víctima de la guerra.
- Oye solo a medias el que oye solo una parte.
- La fuerza de la necesidad es irresistible.
- Tú, sola, ¡oh muerte!, puedes curar los males que no tienen remedio.
- Toda el agua de los ríos no bastaría para lavar la mano ensangrentada de un homicida.
- La mejor salud tiene un límite.
- Lo que deba ser será.
- Es una ley: sufrir para comprender.
- Lo mejor para el sabio es no parecerlo.
- A los ojos de los hombres el éxito es un dios.
- La mañana nace de su madre, la noche...
- Hombre no afortunado aquel que de nadie es envidiado.
- La desmesura al madurar grana en la espiga del error, y la cosecha que se recoge solo consiste en lágrimas.
- Ni aún permaneciendo sentado junto al fuego de su hogar, puede el hombre escapar a la sentencia de su destino.
- Cuando uno mismo se afana en su perdición, los dioses colaboran con él.
- Todo el mundo es más delicado en los tiempos felices.
- No es sabio el que sabe muchas cosas sino el que sabe cosas útiles.
- El infortunio es un lazo que une a los hombres tanto como la misma naturaleza.
- No es la palabra de un hombre la que nos hace creer en él, sino él en la palabra.
- Quien no es envidiado, no es digno de serlo.
- La violencia acostumbra a enjendrar violencia.
- La voz de un pueblo es peligrosa cuando está cargada de ira.
De "Los persas" (Los Fieles; coro de ancianos):
"Los vecinos del sagrado Tmolo se jactan de que harán caer sobre la Hélade el yugo de la esclavitud, Mardon, Taribis, yunques de la lanza, y los laceros misios. Babilonia, rica en oro, envía en torrente una mezclada multitud, marinos en sus naves, y soldados llenos de fe en el coraje con que tensan el arco. Detrás viene, procedente de toda Asia, la gente de espada corta, obediente a las órdenes terribles del Gran Rey.
Tal es la flor de los guerreros del país de Persia que han marchado, y por ellos toda la tierra de Asia, su nodriza, llora con ardiente nostalgia; y sus padres y esposas, contando los días, tiemblan del tiempo que se demora".
Esquilo.
Pintura de Jacques Louis David "Leonidas en las termópilas" (1814).