Ramón de Campoamor y Campoosorio. (Navia), 24 de septiembre de 1817 - 11 de febrero de 1901 (Madrid). Escritor, poeta español, perteneciente al Realismo. Fue miembro de la Real Academia Española desde 1862. Algunos de su títulos: Poesía: "Ayes del alma" (1842), "Fábulas originales" (1842), "El drama universal" (1853), "Humoradas" (1886), ... Teatro: "Una mujer generosa" (1838), "Guerra a la guerra" (1870), "Cuerdos y locos" (1873), ... Filosofía: "Filosofía de las leyes" (1846), "La metafísica limpia, fija y da esplendor al lenguaje" (1862), "El ideísmo" (1883), ... "Los manuscritos de mi padre" (Novela. 1842), "Polémicas" (1862), ...
- Ser esclavo de quien se ama es tener por prisión el paraíso.
- Es propio del amor si es verdadero, compendiar en un ser el mundo entero.
- La vida es dulce o amarga; es corta o larga. ¿Qué importa? El que la goza la halla corta y el que la sufre la halla larga.
- Todo el amor es triste, mas triste y todo, es lo mejor que existe.
- Murió del todo, pues murió olvidado.
- La experiencia es un sabio hecho a trompicones.
- Si entre no haber sido y ser hubiera el hombre podido elegir, claro es que hubiera elegido el no escoger.
- Saber y no saber, todo es lo mismo, porque el fin de la ciencia es el abismo.
- Que es de cuantos tormentos he sufrido, la ausencia el más atroz.
- Ten paciencia, corazón, que es mejor, a lo que veo, deseo sin pasión que posesión sin deseo.
- La envidia es la polilla del talento.
- Velas de amor en golfos de ternura vuela mi pobre corazón al viento y encuentra, en lo que alcanza, su tormento, y espera, en lo que no halla, su ventura.
- ¿Será una ley natural, como afirma no sé quién, que por contraste fatal lleva un mal ejemplo al bien y un ejemplo bueno al mal?
- Es todavía más espantosa la soledad de dos en compañía.
- Por más contento que esté, una pena en mí se esconde, que la siento en no sé dónde y nace de no sé qué.
- El amor es un loco a los veinte años, es un necio del todo a los sesenta.
- ¡Cuán ciego el amor, cuán ciego falta al deber más sagrado! Y es de ver ¡cómo al amor faltan luego los que primero han faltado al deber!
- Más que en el ser amado, la causa del amor está en el que ama.
- Te pintaré en un cantar la rueda de la existencia: pecar, hacer penitencia y luego vuelta a empezar.
- Si en la senda del mal te ves perdida, no sigas adelante. Para volver al bien en esta vida todo momento es el supremo instante.
- Tu semblante augura castidad y salud; bien dicen, Asunción, que la hermosura es casi una virtud.
- Que es más vil la calumnia que con maña injerta en la verdad una mentira.
- Te sueles confesar con tu conciencia y te absuelves después sin penitencia.
- ¡Cuán feliz es el que oye eternamente el mismo ruido de la misma fuente!
- La conciencia a los culpables ahorca tan pronto y bien, que hay muy pocos que no estén dentro de su pecho ahorcados.
- ¡Mi agonía es la bárbara agonía del que quiere evitar lo inevitable!
- Porque tiene en los valles de la luna su derecho de asilo el pensamiento.
- Porque al besar la madre a un hijo amado, besa a un tiempo el amor de que ha nacido.
- Y es que en este mundo traidor, no hay verdad ni mentira: todo es según el color del cristal con que se mira.
"De amor tentado un penitente un día
con nieve un busto de mujer formaba,
y el cuerpo al busto con furor juntaba,
templando el fuego que en su pecho ardía.
Cuanto más con el busto el cuerpo unía,
más la nieve con fuego se mezclaba,
y de aquel santo el corazón se helaba,
y el busto de mujer se deshacía.
En tus luchas ¡oh amor de quien reniego!
siempre se une el invierno y el estío,
y si uno ama sin fe, quiere otro ciego.
Así te pasa a ti, corazón mío,
que uniendo ella su nieve con tu fuego,
por matar de calor, mueres de frío".
y el cuerpo al busto con furor juntaba,
templando el fuego que en su pecho ardía.
Cuanto más con el busto el cuerpo unía,
más la nieve con fuego se mezclaba,
y de aquel santo el corazón se helaba,
y el busto de mujer se deshacía.
En tus luchas ¡oh amor de quien reniego!
siempre se une el invierno y el estío,
y si uno ama sin fe, quiere otro ciego.
Así te pasa a ti, corazón mío,
que uniendo ella su nieve con tu fuego,
por matar de calor, mueres de frío".